“La perversión y la corrupción se disfrazan
casi siempre de ambigüedad; por eso la ambigüedad no me gusta, ni confío en
ella"
John Wayne (1907-1979) Actor Estadounidense
Durante el acto aprovechó para burlarse por enésima vez de los dominicanos al afirmar que “durante sus gestiones gubernamentales la democracia en la República Dominicana se ha fortalecido” y sostuvo que “no habríamos podido lograrlo si no fuera por la comprensión de ustedes, los periodistas”.
Al final del acto, Fernández recibió una placa de reconocimiento de esos periodistas “por sus aportes a la libertad de expresión y difusión del pensamiento en el país”.
Con su acostumbrado cinismo, Fernández también dijo que sus gobiernos han hecho que el país cuente con “mejores condiciones de respeto a los ciudadanos, creando el camino del crecimiento, prosperidad y bienestar”.
En razón de que en mi artículo “¿Existe Democracia en la República Dominicana?” analizo ese tema con cierta profundidad, no voy a repetir aquí lo que escribí en mi Blog el lunes, 12 de julio del 2010. Más bien voy a dejar que sea el mismo Juan Bosch, el maestro traicionado por sus discípulos del PLD, quien responda los comentarios de Fernández y nos diga cuál era su visión de la democracia y la estrecha relación que ésta tiene con los derechos que nuestra constitución consagra en beneficio del pueblo.
Para esos fines, y aunque Bosch se refirió a distintos aspectos de la democracia en varios de sus libros, me circunscribiré a continuación a algunas de las ideas que expresó en su libro “Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana”, publicado en 1964, hace ya 48 años:
“Si a veces dudo acerca de la capacidad de la gente para comprender lo que es democracia, con más frecuencia me digo que cierta gente actúa de forma verdaderamente irresponsable, pues quienes tienen funciones de [gobernantes y] orientadores de la comunidad (periodistas, sacerdotes y profesores) no pueden ni deben ignorar algo tan importante para la sociedad humana como es todo lo que se refiere a su organización política; es decir, de saber a fondo y en detalle qué es y cómo funciona la democracia. El [gobernante], periodista, sacerdote o profesor que no sabe [o pretende no saber] qué es la democracia y cómo funciona, está sembrando la semilla de la tiranía y de la explotación del pueblo”.
Parece que, anticipando que sus discípulos del PLD harían caso omiso a sus enseñanzas, Bosch escribió: “La política es una función de servicio y por tanto eminentemente moral. La atmósfera turbia del engaño, de la doblez y de la falta de lealtad a todo principio [ha sido] habitual en la mayoría de los gobernantes [dominicanos]. Para esa clase de gente el pueblo no cuenta. Una democracia honesta, digna, sobria, es lo menos que merece el pueblo; si no se le ha dado, no hay esperanzas democráticas en el porvenir dominicano”.
Describiendo a los altos dirigentes del PLD escribió: “El orden político en que vive una sociedad es tan importante para cada miembro de esa sociedad como el aire que respira, pero muy a menudo [algunos dirigentes políticos] simula(n) ignorar qué es y cómo funciona la democracia, porque a la sombra de esa supuesta ignorancia se obtienen ventajas, se aseguran privilegios, se conquistan posiciones y se le cierran los ojos al pueblo para despojarlo con relativa facilidad”.
“La democracia es un régimen político que se fundamenta en la voluntad de todos los sectores sociales y de todos los individuos que tienen alguna responsabilidad que cumplir como ciudadanos. Si falta esa voluntad [y no se cumple con esa responsabilidad] la democracia no puede sostenerse”. De ahí que haya sido tan difícil instaurar una verdadera democracia en la República Dominicana.
Bosch parece haber previsto la forma en la cual gobernaría Leonel Fernández, pues sobre esto afirmó: “Sobre la injusticia, la explotación, la ignorancia y el abuso no puede edificarse ni mantenerse una República de hombres y mujeres libres. El desarrollo de la sociedad dominicana ha sido sistemáticamente obstaculizado por fuerzas opuestas a su progreso y por eso la democracia es también intrínsecamente débil y no puede hacer frente a sus enemigos tradicionales”.
“Para establecer un sistema democrático no hay sino una base firme: el reconocimiento de que la voluntad del pueblo es sagrada y sólo de ella debe partir la autoridad democrática. [Ninguna democracia sobrevive en base a otorgar subsidios a los pobres], pues “ningún pueblo se salva con dádivas”. Eso es precisamente lo que distintos gobiernos, especialmente los de Fernández, han propiciado: un pueblo de indigentes que sobrevive y agoniza con las migajas que el Gobierno deja caer de su mesa.
“Hay funcionarios [y congresistas] dominicanos que devengan sueldos mensuales de [miles de dólares] y eso es un crimen en un país donde mucha gente se muere literalmente de hambre. [Eso no puede ser democracia]. Un país que salió de una tiranía tan larga y despiadada como la de Trujillo [y que posteriormente ha enfrentado hasta nuestros días el infortunio de gobiernos corruptos e ineficaces] no puede estar política ni moralmente sano.”
En 1963 Bosch dio un ejemplo de lo que debía ser democracia. Su principal discípulo, Leonel Fernández, en cambio, ha conculcado el derecho de sus conciudadanos de vivir en democracia, convirtiéndola en un sistema político corrupto, electorero y clientelar que pone de rodillas a los pobres y que se burla de una clase media desleal, apática y pusilánime que parece estar convencida de que democracia es lo mismo que libertad de expresión.
Nuestro sistema político es, supuestamente, de democracia representativa; una “democracia” en la cual la mayoría de los dominicanos ni siquiera conoce el nombre de su representante en el congreso y ese representante ni siquiera se interesa en conocer ni recibir a los miembros de la comunidad que representa, sino que entiende que ha llegado a esa posición para enriquecerse apropiándose de los fondos públicos y para disponer libremente de ellos, mientras que quien ejerce el Poder Ejecutivo no tiene ningún interés de servirle al pueblo, sino en servirse a sí mismo y a la corte que lo rodea, todo ello bajo la mirada cómplice de un Poder Judicial que se subordina a los intereses del Presidente y del mejor postor; es decir, todo lo contrario a la visión democrática de Bosch.
Si así funcionan los tres poderes del Estado, ¿Cómo puede haber democracia y progreso en nuestro país? ¿Cómo puede ser auspicioso el porvenir político, social y económico de la República Dominicana?
Si el lector desea revisar el artículo que escribí en julio del 2010 sobre si existe democracia o no en nuestro país, sólo tiene que dar un clic en el siguiente link:
http://eddyenriqueleyba.blogspot.com/2010/07/existe-democracia-en-la-republica.html
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