Thursday, July 22, 2010

El Espejismo del "Progreso" Dominicano

“Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad”
 Paul Joseph Goebbels (1897-1945) Político Alemán 

En un encuentro de Leonel Fernández con académicos franceses del Instituto de Altos Estudios de Ciencias Sociales, de París, Francia, el cual tuvo lugar a principios de este mes, el señor Alain Touraine, investigador Francés, afirmó que “la República Dominicana ha entrado en la era del progreso, la respetabilidad y el desarrollo gracias a la transformación que realiza el presidente dominicano”.

Independientemente de que lo dicho por el señor Touraine sobre el progreso de la República Dominicana es una solemne estupidez y un resultado de circunstancias o favores que desconozco, lo cierto es que la palabra "progreso" ha sido usada y repetida hasta la saciedad por el gobernante actual y sus funcionarios para referirse a la situación económica del país. De hecho, y para dar mayor énfasis a esa demagogia, se concluye muchas veces con la frase e’ pa’lante que vamo’

Salvo que exista otra definición en algún diccionario particular del señor Touraine o de los políticos dominicanos, progreso significa el desarrollo integral de la sociedad; progreso es la acción gradual y constante de avanzar, de adelantar, de perfeccionarse.

No ha existido nada de eso en nuestra sociedad. Hay que ser ciego, ignorante o beneficiario de la corrupción dominicana para pensar lo contrario.

Sin embargo, lo paradógico y grave del caso es que un porcentaje relativamente importante de los dominicanos entiende que sí, que estamos viviendo “el progreso” y que es cierto que e’ pa’lante que vamo’.

Desafortunadamente, los que así piensan no saben distinguir entre crecimiento económico y desarrollo económico. La República Dominicana es el país latinoamericano de mayor crecimiento en los últimos cincuenta años: un impresionante 5.3% anual, como bien lo manifestó hace unos días el empresario José León.

Lo lamentable es que todo ese crecimiento no nos ha conducido a un desarrollo integral de la sociedad, como indica la definición de progreso. Es increíble que todo ese crecimiento haya beneficiado sólo a unos pocos y se haya traducido en desigualdad, pobreza y exclusión social para más de un 40% de los dominicanos. Los profesionales y personas políticamente conscientes de la República Dominicana deberíamos sentirnos avergonzados de ello.

No podemos confundir progreso con los cambios en la fisonomía estructural de la capital, ni con túneles, elevados, metros o torres residenciales. Si la República Dominicana amaneciera mañana con la Torre Eiffel, los rascacielos de Manhattan, los museos y monumentos franceses, el Pentágono, los Alpes Suizos, las siete maravillas del mundo y los políticos dominicanos tuvieran aún más riquezas y control que el Sultán de Brunei, no podríamos asegurar, de ninguna manera, que estamos en la “era del progreso” como afirmó el ignorante o interesado Touraine.

No señores. Tendríamos bienes materiales, pero no tendríamos progreso. El progreso ocurre cuando los seres humanos que habitan en un país avanzan de manera integral: en la educación, en la salud, en términos de empleo, en los medios de transporte, en su calidad de vida, en la distribución y nivel de sus ingresos, en el ejercicio pleno de sus derechos ciudadanos, en el respeto y cumplimiento de las leyes, en el funcionamiento eficaz de las instituciones en nuestro beneficio y en la honestidad de los servidores públicos, entre otros.

En un país que tiene los indicadores económicos y sociales de la República Dominicana es una burla a la inteligencia de cualquier ser humano, que se nos hable de progreso mientras millones de personas (sí, millones) viven por debajo de la línea de la pobreza; mientras la mitad de los estudiantes que toman anualmente las pruebas nacionales reprueban y la mayoría de los que aprueban lo hacen con notas bajas; mientras el desempleo y subempleo se mantienen en niveles tan altos; mientras mueren tantos niños por el dengue hemorrágico, por leptospirosis y por malaria; mientras el sistema judicial constituye una vergüenza; mientras la calidad de los sistemas de salud y de educación ocupan los últimos lugares del mundo; mientras las leyes son violadas frecuentemente por los mismos que deben velar por su cumplimiento; y mientras casi la mitad de los hogares dominicanos no pueden satisfacer sus necesidades más perentorias.

No puede existir progreso en un país como el nuestro, donde usted sabe que sale de su casa pero no sabe si regresará vivo por la inseguridad que prevalece aquí; donde usted no confía en el llamado “cuerpo del orden”, que no es más que un remanente de la tiranía Trujillista y que se ha degradado tanto o más que la sociedad misma; donde usted sabe que el futuro de usted y de sus hijos depende, en gran medida, de si usted es político, militar de alto rango, empresario exitoso, protegido de jerarcas religiosos o mantiene excelentes relaciones de amistad, parentesco o de negocios con alguno de ellos; y donde hay tan pocos que tienen mucho y tantos que tienen tan poco.

No puede existir progreso en un país donde a la mayoría de sus habitantes son excluidos socialmente y se les ha hecho dependientes de la asistencia pública; donde los servicios públicos son inadecuados e insuficientes; donde usted tiene que dar dinero para realizar un proyecto que requiera la aprobación de una entidad oficial; donde la impunidad es la norma y donde es bien conocido que el propio gobierno protege a oligarcas, empresarios, militares y funcionarios públicos criminales ("vacas sagradas") vinculados al narcotráfico y a la delincuencia; donde cualquier delincuente o narco puede obtener fácilmente actas de nacimiento, cédulas de identidad o carnets del DNI o de la DNCD; donde la corrupción arropa todos los niveles de la administración pública; donde el suministro de energía eléctrica y de agua potable es un verdadero desastre; donde gran parte de lo que construye o hace el Gobierno es con endeudamiento público (con un porcentaje importante para los ladrones que gobiernan); y donde todo lo que toca el Gobierno se daña o distorsiona.

Dominicanos, nuestra realidad económica y social lo que evidencia es falta de progreso; atraso económico y social; subdesarrollo. De nuevo, progreso no es construir cosas materiales. El progreso está en el desarrollo integral y bienestar de nuestra gente.

En los últimos 20 años hemos pasado por 3 gobernantes "democráticos". En este período nuestra calidad de vida no ha mejorado. La de nuestros hijos, peor todavía. La de los pobres, siempre en deterioro. Pasamos de un siglo a otro con los mismos problemas sociales y económicos. Y todo ello con el agravante de la inseguridad, la delincuencia y los efectos letales del narcotráfico.

¿Cuándo vamos a despertar?

Nuestra misión como parte que somos de la sociedad civil, si es que amamos nuestro país o, por lo menos, deseamos lo mejor para nuestras familias, es crear una mayor conciencia en la población dominicana con respecto a la cruel realidad que nos agobia y transformar el estado actual de cosas mediante acciones concretas que nos permitan acabar con esa tiranía que nos mantiene en un espejismo permanente, ante nuestra total indiferencia, de “progreso”, “democracia” y “libertad”.

Ojalá no tengamos que pasar por la experiencia contenida en la reflexión de Mahatma Ghandi: “Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear”.

6 comments:

Unknown said...

Don Eddy lo felicito, usted esta expresando lo que muchos dominicanos quisieramos decir a viva voz, es bueno que surjan personas como usted que hablen por que no tiene compromisos con nadie ni politico ni economicamente.
Muy interesantes y dan en el punto ambos temas.

Evans

Unknown said...

Me gusta su forma de escribir. Es claro, conciso y basado en la realidad de los hechos, con definiciones acertadas que no dejan lugar a dudas, pues salen del Diccionario, libro que otrora fuera tan utilizado y que ya ni se menciona.Es bueno que alguien nos recuerde definiciones importantes como democracia y progreso porque el dominicano es muy "apavientoso" y se le llenan los ojos con "espejitos que brillan" al estilo de los indios de los tiempos de Colon. En ese sentido, nada ha cambiado. Somos los mismos tainos hoy dia.Que pena!

Phillip Weil said...

El primer paso para el cambio, es aceptar nuestra responsabilidad, es entender que cada uno de nosotros, no los politicos, no los grupos de los grandes y podeross, solo nosotros somos los unicos culpables de todos nuestros males.

Dejar de senalar y entender que este engendro y adefecio es una creacion nuestra del cual nos hace meritorios de la medalla de traidor e irresponsable. Nuestro legado es la otra cara de trujillo. Debemos entender que nuestra conducta mantiene a mas de un 50% de los dominicanos esclavos de su propia sangre, de otro dominicano.

Si amigo lector, debes entender que tu al igusl que yo somos los trujillos del siglo 21.

Basta ya, o imitamos a Duarte y luchamos para liberarnos o la historia que leeran tus hijos y descendientes sera distinta a la que tu yo leemos con orgullos sobre nuestra independencia, regalo del esfuerzo de Duarte.

Imaginemos como seriamos, que seriamos hoy si Duarte no nos hubiera liberado de los haitianos.

Al igual que Duarte, tenemos la fuerza y la capacidad para liberanos, cambiar esta asarosa situacion.

"Al igual que Duarte FORMEMOS Una TRINITARIA".

Phillip Weil said...
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Eddy Leyba said...

Gracias por sus comentarios.
Amigo Phillip, entiendo que la responsabilidad que usted desea asignar debe atribuirse exclusivamente a aquellos que tienen consciencia de nuestra realidad política, económica y social y que tienen capacidad de liderazgo; es decir, un grupo relativamente pequeño. En un comentario a este artículo y vía correo electrónico, el señor Olimpio Villalba calificó mi labor de escribir sobre estos temas como Quijotesca y es muy probable que tenga toda la razón. Sin embargo, tengo la esperanza de que personas como usted y como yo, hagamos posible que muchos otros que están envueltos en la apatía y la indiferencia, despierten y trabajen para que el pueblo dominicano pueda liberarse de la tiranía que hoy nos esclaviza. Estoy seguro que, tal como yo, usted se niega a sentirse como otro Trujillo y que hará todo lo posible, como Duarte, para que se encienda la chispa de nuestra liberación. En tal virtud, le manifiesto que estoy en la mejor disposición de unirme a usted para formar la nueva Trinitaria a que usted se refiere en su comentario. Sólo déjeme saber lugar, fecha y hora.

Roberto Fernandez said...

Creo que es peor no hacer nada y "dejar hacer", realmente necesitamos despertar y pronto, antes que sea demasiado tarde pues todavia es posible restaurar la nacion, el problema que tenemos es la falta de lideres que encarnen los deseos patrios, pero arreglaremos la carga en el camino y lo primero es lo primero. Lo primero es crear la conciencia y saber que no todo esta perdido. Un abrazo