Saturday, September 04, 2010

Los Politicastros Dominicanos: Facinerosos, Perversos y Ladrones


“El poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente”.
Lord Acton (1834-1902) Historiador Inglés

El diccionario de la Real Academia Española define al politicastro como un político rastrero, mal intencionado y que actúa con fines y medios turbios. Así mismo, facineroso es el delincuente habitual, un hombre malvado, un corrupto, un malhechor, mientras que ladrón es el que toma o retiene bienes ajenos contra la voluntad de su dueño.

¡Caramba! Parecería que esas palabras fueron escogidas tomando como ejemplos a nuestros presidentes y congresistas, así como a los miembros activos de las asociaciones de malhechores que constituyen los tres principales partidos políticos dominicanos. Son gente perversa, que corrompe las costumbres, el orden y el estado habitual de las cosas.

Cuando una empresa, bien sea pequeña, mediana o grande, desea contratar nuevo personal generalmente coloca un anuncio en la prensa con las características que requiere de la persona que desea emplear. A mí mismo me ha correspondido ejecutar esa tarea y estoy seguro de que muchos de los que me están leyendo han pasado por lo mismo.

Tengo a mano uno de esos anuncios, que fue publicado recientemente en el periódico Diario Libre: “Oferta de Empleo – Sub Encargado de Tienda; Horario: Lunes a sábados de 9:30 am a 6:00 pm, domingos y feriados (alternados) de 10:00 am a 6:00 pm; Requisitos: Buena presencia. Madera de líder. Dinámico. Responsable. Honesto. Bachiller. Múltiples tareas. Labor bajo presión. Horarios flexibles. Experiencia de 5 años en tiendas. Vocación de servicio al cliente. Buenas relaciones interpersonales. Manejo de cajas registradoras. Edad entre 25 y 35 años. Sueldo: ¡Asómbrese: RD$13,000 mensuales! Interesados favor enviar currículum con foto y copia de cédula”.

Los requisitos anteriores se establecen para que la persona así contratada devengue un salario que está muy por debajo de costo de la canasta familiar, lo que significa que el empleado no podrá cubrir las necesidades básicas de su familia con el sueldo que le pagarán.

¿Cuáles son los requisitos para ser diputado o senador de la República y cuál es el total de sueldos y compensaciones de esos individuos?

La Constitución Dominicana, ese pedazo de papel que nuestros presidentes manipulan a su antojo con la complicidad de mediadores, analistas y expertos y cuya última versión data del 26 de enero de este mismo año, señala, en sus Artículos 79, 82 y 123 los requisitos para ser senador, diputado y Presidente de la República.

Las únicas condiciones necesarias para ser diputado o senador que nuestra Constitución indica son: ser dominicano en pleno ejercicio de los derechos civiles y políticos; haber cumplido veinticinco años de edad y ser nativo de la demarcación territorial que lo elija o haber residido en ella por lo menos cinco años consecutivos. En el caso del Presidente se requiere que éste haya cumplido treinta años de edad.

Para esos puestos públicos de tanta importancia, nosotros, los dominicanos, no exigimos ningún tipo de preparación, experiencia o cualidades personales a quienes desempeñarán una labor tan fundamental como lo es el dirigir los destinos de la nación, garantizar el buen funcionamiento de todas las instituciones oficiales y de los servicios públicos, establecer y mejorar el marco legal del país, aprobar el nombramiento de diplomáticos, elegir los miembros de la Cámara de Cuentas y de la Junta Central Electoral, aprobar empréstitos internacionales y proyectos de envergadura, entre otras funciones vitales para el buen desarrollo de nuestras actividades como país.

Los hechos demuestran que la mayoría de los deshonestos e inescrupulosos miembros del llamado “Congreso Nacional” no tiene ni la preparación, ni la dedicación, ni las condiciones personales y morales, ni el interés, para ejercer sus cargos de manera eficaz. Al contrario, el Congreso Nacional no es más que una cueva de ladrones y de eso estamos conscientes todos.

Estos perversos, que legislan en su propio beneficio y estafan a la ciudadanía, reciben una cantidad enorme de recursos para no trabajar, copiar textos de leyes de otros países, levantar la mano, hablar babosadas, extorsionar a empresarios e inversionistas, entrar en componendas con el Presidente y con intereses oscuros y no asistir a cumplir con sus obligaciones. Y no contentos con lo dantesco de ese circo, más que inmunidad, les hemos otorgado impunidad parlamentaria.

También les hemos permitido burlarse hasta de aquellos individuos de escasos recursos que contestan los anuncios de ofertas de empleos a los cuales nos referimos más arriba y que pagan pírricos salarios, pues el monto total de sus sueldos y compensaciones excede groseramente los límites decentes que un país pobre como este puede soportar.

El presupuesto del Congreso es de RD$4,323 millones y cada uno de sus numerosos miembros tiene un sueldo promedio de RD$265,000 por mes, en adición a una garantía de una pensión vitalicia por el mismo monto, y mensualmente recibe RD$35,000 por gastos de representación, RD$45,000 por dietas, RD$87,000 por el Plan de Ayuda y RD$50,000 por el Fondo Social.

Cada congresista cuenta, además, con una asignación extra o “barrilito” que varía desde RD$420,000 hasta RD$900,000 mensuales, dependiendo del número de habitantes de sus demarcaciones, lo cual asciende en total, en el caso de los senadores, a RD$19.2 millones mensuales. Así mismo, bonificaciones extraordinarias de fin de año, dos exoneraciones para vehículos de lujo y asignaciones para gastos de gasolina, celular, secretarias, choferes, guardaespaldas, relacionistas públicos y otros asistentes e incentivos por asistir a reuniones y comisiones de trabajo. Lo del Presidente tendría que ser objeto de otro artículo.

En contraste con ese conjunto de exageraciones, en este país un policía raso gana RD$5,320 al mes, un maestro de escuela RD$6,000 y un médico Jefe de Servicio RD$22,000.

Sin embargo, hemos sido nosotros mismos los responsables del craso error de delegar en esos desalmados y a tan alto costo las decisiones más importantes de nuestro futuro y el de nuestros hijos. Ha sido nuestra imbecilidad, ignorancia y apatía como pueblo las que han hecho posible que vivamos en el caos y desorden generalizado en que se ha convertido la República Dominicana.

No podemos buscar otros responsables. Lo que los legisladores han hecho, sus elevados sueldos, las prebendas que ellos mismos se han autorizado, sus exoneraciones, sus barrilitos, sus comisiones por proyectos aprobados a inversionistas y por leyes aprobadas para complacer a los presidentes de turno, así como muchas otras infamias, no son más que el resultado de nuestra complicidad y apoyo como pueblo.

No sólo no luchamos por nuestros derechos y por lograr imponer el orden y la disciplina que son tan necesarios, sino que en cada una de las elecciones generales que se han celebrado en las últimas décadas nos sentimos orgullosos de proclamar que vamos a votar por “el menos malo”. Es difícil concebir una estupidez más grande que esa. ¿No es el “menos malo” alguien que no es bueno? ¿Puede una persona que es “menos malo” cumplir con las obligaciones que esperamos de ella? ¿Es “el menos malo” un buen Presidente o un buen Congresista? ¿Ha indicado la experiencia que “el menos malo” es un ejemplo que nuestros hijos deben seguir? ¿Cuáles de los problemas vitales de la nación han sido resueltos por “el menos malo”?

¿Es que no tenemos otra salida que continuar eligiendo “el menos malo”?

Sí la tenemos. Aún cuando tengamos que llegar a la desobediencia civil.

Todos los ciudadanos decentes y que amamos nuestros país, que estamos hartos de ser explotados por estos canallas que nos gobiernan, debemos poner en marcha un enérgico movimiento civil que reclame, por todas las vías pacíficas a su alcance, su libertad y sus derechos. Cuando eso se lleve a cabo, las demás fuerzas sociales se verán en la obligación de apoyar esa iniciativa, especialmente la iglesia católica y las demás iglesias cristianas.

Pero eso hay que hacerlo pronto. De lo contrario, cada día que pase, la situación nacional será más caótica e incontrolable.

2 comments:

Un Amigo said...

Tal como usted dice y peor, solo nosotros somos los responsables de que estos individuos nos sigan asaltando en nombre de la ley y encima le pagamos para que lo hagan.
Tenemos la sarten por el mango, pero parece que no nos hemos dado cuenta o no la queremos utilizar. No votar no es desobediencia civil,es nuestra única arma de defensa contra estos asaltantes.

Roberto Fernandez said...

Estoy totalmente de acuerdo contigo. Se necesita que se organice el pueblo con lideres que realmente representen el sentir de la ciudadania y que se ejerza presion politica y social en todos los ambitos para forzar un cambio radical en el manejo de los asuntos nacionales. Creo que como yo, la mayoria de los dominicanos esperamos que se presenten los lideres llamados a tomar tan delicada funcion. Un abrazo.